Fomento ya ha abonado 83,7 MEUR a las empresas de Tarragona tras la anulación de la tarifa T-3

 

El Ministerio de Fomento ha abonado hasta la fecha 83,7millones de euros (en concreto, 83.732.942 €) a una veintena de operadores portuarios de Tarragona, según la relación de liquidaciones por sentencias firmes anulatorias de la tarifa T-3. Esta tarifa fue declarada inconstitucional por una sentencia del Alto Tribunal en 2009. Una veintena de empresas, en su mayoría consignatarios, que en su día realizaron operaciones para sus clientes en el Puerto de Tarragona, son los beneficiarios de estas devoluciones, que a su vez deben retornar a sus empresas clientes, básicamente almacenistas de cereal.

De estos 83,7 millones de euros, 50 millones corresponden a las cantidades reclamadas por la incorrecta aplicación de dicha tarifa; mientras que el resto, hasta llegar a los 83,7 millones, derivan del pago de intereses de demora hasta la sentencia firme.

La práctica totalidad de los operadores que trabajaban en el Puerto de Tarragona, y sobre los que incidía dicha tarifa, interpusieron recurso ante los tribunales. Las primeras reclamaciones se llevaron a juicio en 1992. Algunas de estas empresas han desaparecido del mercado o fueron absorbidas por otras, que heredaron, en consecuencia, los beneficios de los recursos interpuestos. En la lista figuran: TPS, Arola, Travima, Perez y Cía, Mafusa, Alfaship, Wave Shipping, Transmar, Promar Ibérica, Euromarco, Bergé, Marítima del Mediterránno, Erhardt y Cía, Ership, Platinex Tarragona, Cargill España, P&H Ibérica, Agencia Marítima Sanromá, Transportes y Cereales de Málaga, Alfredo Arola Sanromá.

Para el conjunto de todo el Estado, el montante a devolver por Fomento tras la anulación de esta tarifa es de alrededor de 500 millones de euros a los operadores que la han recurrido. De esta cantidad, a cierre del ejercicio pasado, se ha retornado el 85% de los importes que marcan las sentencias judiciales.

Precisamente Tarragona, cuyo puerto capitanea el movimiento estatal de cereales, lidera la cuantía de devoluciones de toda España, dado el elevado volumen de graneles sólidos, sobre todo agroalimentario, a los que se aplicaba esta tasa. Curiosamente es también en Tarragona donde se inicia el camino de las reclamaciones: uno de los procesos judiciales de mayores consecuencias económicas para el Estado en los últimos años. Tradicionalmente, desde la Ley de Puertos de 1992, y siguientes, las cuantías básicas de las tasas portuarias, aquellas que cobran las Autoridades Portuarias por la prestación de determinados servicios, venían fijadas en Órdenes Ministeriales y en Leyes de Acompañamiento. En 1992, el bufete tarraconense Hàbeas recibió el encargo, por parte de empresas almacenistas de cereal, de estudiar la legalidad de esta tarifa. Los abogados del despacho tarraconense consideraron que existía la posibilidad de anular dicha tarifa al juzgar que no tenía la suficiente cobertura legal. De manera que se inició una larga batalla jurídica que ha sido siendo favorable a los intereses de las empresas demandantes. De hecho, Hàbeas ha llevado todos los recursos de la tarifa T-3 interpuestos por la globalidad de operadores afectados en el Estado.

Los recursos se iniciaron en 1992 finalizando en 2004, año en que la nueva Ley de Puertos regula la nueva tarifa. En su momento se impugnaron más de 10.000 liquidaciones en toda España. Estos 20 años de pleitos y recursos ganados han supuesto, además, que los intereses devengados casi hayan igualado la suma de capital a devolver.

Un proceso dilatado en el tiempo que algunos expertos juzgan como un fracaso legislativo del Estado, que tuvo como consecuencia que en el año 2010 el Consejo de Ministros autorizara, a petición del Ministerio de Fomento, y para el pago de las cuantías reconocidas en sentencias firmes, la aplicación del Fondo de Contingencia del Ministerio de Fomento y la concesión de créditos extraordinarios en el presupuesto del Ministerio. Créditos concedidos a su vez a Puertos del Estado para poder abonar los importes, ya que las Autoridades Portuarias no podían hacer frente.

Via:
J.A. Domènech

Tarragonaport.com